un poco de historia

El caso de Mas Garba resulta particularmente interesante y atractivo. Situada en el corazón de la Costa Brava, al pie de la Sierra de les Gavarres, esta excepcional edificación se encuentra en el pequeño y modesto municipio interior de Vall-llobrega, justo en medio de aquella eclosión turística de calidad internacional, en la década de los 60 del pasado siglo, que pobló y dio fama europea e internacional a Palamós, Calella o Llafranc. Políticos e intelectuales, escritores, músicos o actores famosos iluminaron sus hoteles o residencias privadas. Y entre ellas, Mas Garba. En 1951 Pepe Pratmarsó, como lo conocían sus amigos y conocidos, participa en la fundación del grupo R que renueva la arquitectura moderna catalana al fusionar la arquitectura tradicional con el nuevo lenguaje. Mas Garba, como la vecina Mas Vidal (1959), son un claro exponente de esta excepcional arquitectura.

mas garba

Se trata de una vivienda unifamiliar aislada situada en una finca rural con mucha pendiente, vistas únicas y rodeada de pinos. Para resolver el desnivel, como es habitual, fue necesario preparar una plataforma con muros de piedra sobre la que se apoya la parte más importante de la casa, mientras que, el resto, se va adaptando a la pendiente de la colina. La zona de estar se apoya directamente sobre la plataforma y los dormitorios quedan elevados una planta, generando un gran porche accesible desde la piscina. Como la pendiente es muy acusada se aprovecha el desnivel para situar el garaje debajo de la vivienda. Por detrás de estos volúmenes quedan la zona de servicios, la zona de invitados y la vivienda del guarda, dispuestos de tal manera que la casa se integra perfectamente con la naturaleza. A destacar también el pabellón o vestuario exterior junto a la piscina, como si de una escultura transitable se tratase. En la volumetría aparecen algunos elementos compositivos que siguen la experiencia de la vecina casa Mas Vidal, del mismo arquitecto, como las terrazas recortadas en el edificio, los porches con pilares cuadrados muy finos, y la disposición dinámica de las ventanas en las fachadas. Las cubiertas inclinadas son de teja árabe y ponen de manifiesto la aceptación de la realidad regional por parte de Pratmarsó. El interior es de una simplicidad magistral y propia del lenguaje moderno destacando el equilibrio en la combinación entre madera de pino y el propio acabado en yeso de paredes y estanterías de obra.

En Mas Garba se vive y disfruta la extrema sensibilidad de la arquitectura de Pepe Pratmarsó, aquel dandi mediterráneo que, fruto también de su amistad con Romy Schneider, todavía es recordado, y que acabó encontrando su hábitat natural en aquellos parajes extraordinarios del Empordanet.